Manzanas y jatropha

Ayer comí una manzana. La miraba con otros ojos, más escrutadores, seguramente, en busca del mensaje. Pensé entonces, en los comentarios que suscitó el post del otro día, y en concreto en las manzanas célebres: Blancanieves, Newton, Robin Hood, Adán y Eva... Eva fue la precursora de este invento, aun cuando no disponía de tecnología punta. La muy lista grabó un mensaje que aun hoy resuena: "cómeme", decía. Y Adán, hombre simple y llano, comió. ¿Qué más podía esperarse de él, si vivía en el paraíso, cómodamente, sin obligaciones ni preocupaciones, sin apenas nada en que pensar?

Por fortuna, la biotecnología no sólo se dedica a investigar las tendencias frívolas de quienes mueren de aburrimiento. Estudios recientes demuestran que una planta cultivada en la India, la jatropha, puede convertirse en carburante natural gracias al aceite de su semilla. La jatropha crece en terenos donde no se puede cultivar apenas nada, por esto se la conoce como planta mágica. Y por si fuera poco, su flor es hermosa.

El secreto de la jatropha está en su veneno. El mismo veneno que durmió a Blancanieves y a tantos otros.

Si el consumidor no compra manzanas con mensaje el invento se liquida rápido, porque la ley de la oferta y la demanda es implacable y reduciría esto al ámbito de la anécdota.

Al final, ir a comprar será tan importante como ir a votar.